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Dado que el Lavado de Dinero es un mal internacional susceptible de afectar la economía de cualquier país, se le da mucha importancia a la prevención del lavado de dinero. Los delitos relacionados con el Lavado de Dinero se van actualizando y traspasando las fronteras y se requiere de un control exhaustivo por los países para evitar su propagación, es por ello que en 1989 se creó un organismo internacional contra estas actividades, denominado Grupo de Acción Financiera, también conocido como GAFI, cuyo propósito es crear estándares y promover la efectiva implementación de medidas legales, regulatorias y operativas para combatir el lavado de dinero, el financiamiento al terrorismo y la identificación de otras amenazas relacionadas con la integridad del sistema financiero internacional para evitar ser vulnerados, estos acuerdos han sido publicados por dicho organismo y llamados las 40 Recomendaciones.

Las 40 Recomendaciones publicadas por GAFI se han modificado a lo largo del tiempo, desde su primera publicación en abril de 1990 Estas tuvieron una revisión en 1996 y reformadas profundamente en el año 2003. GAFI publicó una nueva versión de sus Recomendaciones, en las que se integran las medidas esenciales contenidas en las anteriores Cuarenta Recomendaciones, con las 9 Recomendaciones Especiales tras los ataques a las torres gemelas en 2001, que constituyen los estándares internacionales utilizados por más de 180 países para combatir eficazmente y de manera global los mencionados delitos, así como para evitar el uso de los sistemas financieros con fines ilícitos.

Las actividades ilícitas relacionadas con el Lavado de Dinero no solo afectan la economía en México, también generan riesgos de debilidad o inestabilidad de los mercados financieros internacionales y como consecuencia obtenemos una baja en materia de control de las políticas económicas, afectan adversamente las monedas, las tasas de interés, propicia baja recaudación fiscal y pérdida de ingresos fiscales, en general se genera un daño significativo en la economía de los países, sobre todo en los que se encuentran en vías de desarrollo, siendo un blanco fácil para la delincuencia organizada quienes generan este tipo de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Sin embargo no es todo, el Lavado de Dinero también crea más riesgos sociales y de seguridad, potencialmente devastadores y aunque esto puede suceder en cualquier país, es más probable que ocurra en países con sistemas de prevención de Lavado de Dinero menos estructuradas. Esto se refleja en una mayor inversión en otro tipo de gastos como es la administración de justicia.

En conclusión, estos delitos pueden tener consecuencias graves y es por ello que el marco jurídico internacional se ha alineado para realizar esfuerzos que permitan tener control adecuado sobre estas actividades ilícitas.